Desde el punto de vista Psicomotriz, llamamos a estos muñequitos que acompañan a nuestros niños a todas partes, al colegio, a la hora de dormir, cuando nos vamos de viaje, incluso a veces por la calle, objeto transicional. Winnicott fue el primero en hablarnos del objeto transicional como “la primera posesión No-yo”. Pero antes de adentrarnos en el objeto transicional, vamos a hablar primero de la necesidad del bebé de agarrar cosas.
Las que aún estais en época de lactancia o en biberones, es decir antes de los 6 meses, os habréis fijado que el bebé va apretando el brazo o lo que tenga a mano con el mismo ritmo que chupa. Esto continuará durante meses y lo iréis observando en distintas situaciones. Leoncito sigue haciéndolo cuando lo acuesto en su cuna y necesita que me quede un rato más dándole la mano. Es este deseo de contacto constante con la madre lo que mueve y provoca el deseo de tocar, agarrar, y conquistar el objeto deseado.
El bebé quiere a este objeto profundamente y tiene tres funciones muy importantes:
A los 8 meses los bebés entran en esa etapa de angustia donde ya reconocen perfectamente la diferencia en ellos, mamá y el resto de personas.
A veces, en vez de objetos son situaciones o rutinas transicionales que se repiten en el niño para darle esa seguridad frente a la separación de la madre de la que hablábamos. Os voy a poner un ejemplo muy curioso que muchas veces he visto en amigas mías. Bebés que para dormirse o calmarse necesitan coger la tetita de mamá, o que juegan con el hueso de la clavícula, agarran la mano o juegan con un dedo de mamá o papá, se chupan el dedo…
¿Recordáis los dibujos de Charlie Brown? Es el capítulo donde el renuncia a su manita. Es muy bonito y explica muy bien que el momento para dejar el objeto transicional lo decide exclusivamente el niño, que normalmente es alrededor de los 3 o 4 años. He colgado el video en nuestra página de Facebook por si os apetece verlo.
Leoncito tiene varios objetos que le ayudan en el momento de la separación, cuando tiene que dormir. Solo los necesita por la noche. La tortuga de luz que muchas veces hemos enseñado en Instagram, un muñeco al que llamamos Tuc tuc y por supuesto el chupete. Y sigue apretando nuestros dedos cuando le cuesta dormirse o necesita mimos.
Muchas mamás y papás os preocupáis porque quizá siguen llevándolo con ellos. Y buscáis estrategias educativas para intentar que lo dejen, no es necesario, de verdad (Guiño de ojo). Cada niño tiene su ritmo y a medida que vaya ganando seguridad, irá necesitándolo menos, pero evitar o intentar convencerle que no lo necesita solo hará que el niño pase un mal momento y aumente su inseguridad. Recordad, no hay que hacerlos grandes. Los niños irán conquistando su autonomía e independencia, con su ritmo natural.
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Si quereis compartir vuestras experiéncias, estaremos encantadas de escucharlas..
Un beso
Rosa
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