30 dic 2014

BLOG Nº 147 - QUE SIENTE UN BEBE EN GESTACIÓN CUANDO SU MADRE TIENE RELACIONES SEXUALES





Qué siente un bebé en gestación cuando su madre tiene relaciones sexuales


bebé en gestación

A estas alturas sabrás que no hay porqué renunciar a las relaciones sexuales, a menos que así te lo haya indicado el médico. De otra forma, puedes disfrutar plenamente de tus relaciones.
Lo más lógico es pensar que tu bebé, sí siente algo diferente, sin embargo tenemos que tener en cuenta que el bebé se encuentra dentro de una bolsa con líquido amniótico, el cual lo aísla de impactos y sonidos fuertes.
Cuando tienes un orgasmo, el bebé siente una presión debido a la contracción que se produce en el útero. Puedes probarlo por ti misma y conocer qué reacción tiene tu bebé mientras tienes relaciones sexuales, por ejemplo: hay madres que dicen que luego del acto, no sienten que el bebé se mueva durante unas horas; por el contrario, hay otros bebés que parecen encontrarse en un verdadero terremoto uterino. Esto puede suceder porque él sí percibe y siente ruidos, movimientos diferentes a los habituales y las voces de ambos padres.
El bebé y el sexo durante el embarazo
En este aspecto, hay dos tipos de embarazadas, una se vuelve apasionada por el sexo y casi que le apetece hacer el amor mucho más que antes de embarazarse; luego está el otro tipo, en el que generalmente también termina el primero cuando se llega al tercer trimestre y es la embarazada que no tiene apetito sexual pero prácticamente desde el inicio del embarazo.
Luego, como decía, es normal que durante los últimos meses el deseo se vea disminuido debido al aumento de peso, la fatiga, a veces falta de aire y otras molestias típicas de la etapa. De una u otra forma, tu bebé cuando está en tu vientre siente que su madre tiene relaciones sexuales, porque no es algo que suceda varias veces al día, y la mayoría de las veces ni siquiera ocurre a diario, por lo que él sabe que en esas ocasiones en las que parece estar dentro de una batidora, está pasando algo diferente.
Ahora ya sabes qué sienten los bebés cuando su madre tiene relaciones. Tranquila, tu bebé estará bien, todo lo que sea bueno para ti lo será para él.

22 dic 2014

BLOG Nº 146 - SEÑALES QUE TE AVISAN DEL PARTO!!!

Señales de parto
La sensación de que se aproxima el TRABAJO de parto la tienen todas las mujeres a su manera. Según los especialistas, la mayoría de ellas es capaz de identificar las señales que envía su cuerpo, pero también puede haber falsas alarmas.
Una señal evidente de que está empezando o ha empezado el trabajo de parto es que el cuello uterino se dilata. Pero aunque no es lo común, hay mujeres que PUEDEN presentar una dilatación notable y no se ponen de parto inmediatamente.
Las contracciones son otro indicativo: cuando el útero se contrae, se endurece el abdomen; el músculo uterino se relaja cuando acaba la contracción. De esta FORMA, el bebé se va desplazando poco a poco por el canal del parto. También es cierto que no todas las contracciones indican que el nacimiento del bebé sea inminente. Hay que identificar las que realmente colaboran en el trabajo de parto.
Existen unas señales previas que pueden manifestarse semanas antes o en el día del parto:
• Sensación de que la cabeza del bebé está aún más descendida. El feto, encajado en la parte baja de la pelvis, da un pequeño respiro a la madre, que ahora CUENTA con más facilidad para respirar y digerir alimentos. Puede suceder varias semanas antes de alumbramiento o sólo unas horas antes de que comience el trabajo de parto.
• Aumento de las secreciones vaginales, que pueden ser transparentes, rosadas o con ciertas estrías de sangre. Se trata del desprendimiento del tapón mucoso, que se ha ido acumulando en el cuello uterino durante el embarazo: sale al exterior a través de la vagina. Este proceso también puede producirse unos días antes, pocas horas antes del alumbramiento o durante el mismo.
• Secreción de líquido a través de la vagina que gotea o sale de un golpe. Lo más probable es que se hayan roto las membranas que rodean al bebé, lo que re conoce como romper aguas o rompimiento de fuente. El líquido amniótico suele salir al exterior unas horas antes del parto, pero muchas mujeres rompen la bolsa en el momento de dar a luz.
• Dolor de espalda, fuertes dolores de menstruación y contracciones. Las contracciones aumentan al comenzar el trabajo de parto. Son dolorosas porque su misión es abrir el cuello uterino para que el bebé acabe su desplazamiento HACIA el exterior. Estas señales marcan inequívocamente el comienzo del trabajo de parto.

21 dic 2014

BLOG Nº 145 - LECHE DE VACA ENTERA PARA NIÑOS


Leche de vaca entera para niños, cómo introducirla y cuando hacerlo. Leches especiales para niños, enriquecidas en ¡azúcar! ¿Cuál es la mejor para su salud?
  1. Aplicamos un poco de leche entera en la cara interna de la muñeca (es una piel sensible) y esperamos 30-60 minutos para ver si la piel se irrita.
  1. Si no hay reacción hacemos lo mismo en torno a la boca (más sensible aún).
  1. Si tampoco hay reacción, probamos a darle leche de vaca para que la tome. Si tampoco aparecen vómitos o erupciones en la piel, en principio es que tolera la leche.
  1. Digo en principio porque hay niños que reaccionan, pero de forma no tan inmediata. Algunos lo hacen desarrollando una dermatitis atópica, otros con un estancamiento de peso, molestias abdominales (gases, una diarrea intermitente, dolor de barriga, despertándose con más frecuencia…). Si en las semanas siguientes a la introducción de los lácteos de vaca notamos alguna de esas reacciones puede haber una intolerancia o alergia a la leche.
  1. El niño come peor. Como toma azúcar innecesaria, su sensación de hambre disminuye volviéndose más selectivo a la hora de comer, de modo que si lo que le ofrecen le gusta (alimentos azucarados) se lo toma y si no le gusta lo rechaza. Entrando en un círculo vicioso que se retroalimenta comiendo cada vez peor y desesperando a los padres.
  1. El niño sigue comiendo bien. Hay niños en los que el nivel de saciedad se alcanza o el hambre se despierta con cifras superiores de azúcar. En estos niños el aporte extra de azúcar lo que genera esobesidad.


Si se ha ido introduciendo la leche progresivamente (leche de inicio, de continuación, yogur) sin que haya aparecido ningún problema, al año no hay inconveniente para tomar la leche de vaca entera.
Si por el contrario no ha tomado en ningún momento ningún lácteo más que la leche materna, a partir del año no hace falta proceso progresivo, podemos probar a darle cualquier lácteo. Puede que sea alérgico o no, pero no lo sabremos hasta que se den por primera vez.
Para aquellos que prefieran hacer una prueba “más segura”, por si la primera reacción fuese muy intensa, podemos hacer un proceso rápido:
El inmenso mercado de los productos a base de leche de vaca.
O sea que lleva menos alimento.
Pero las proteínas, que son lo único distinto a las leches de fórmula que había tomado hasta entonces, siguen con su misma estructura y tamaño, y es eso y no la concentración lo que hace que se desencadene una alergia o no.
Por eso con leche diluida le estamos dando menos alimento pero la alergia le puede dar exactamente igual. ¿Para qué queremos darle menos alimento?
Lo que le estamos quitando es el colesterol, los triglicéridos y ácidos grasos esenciales para su desarrollo cerebral y las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) necesarias para la vista, fijar calcio en los huesos, reforzar las mucosas, coagulación de la sangre…
“Si no le quitamos nada, porque la leche está muy bien hecha ¿y si le añadimos?”
Pero, ¿sirve para algo y mejora realmente a la leche en algo?
El azúcar en las leches de crecimiento
Cuál es mi opinión sobre el azúcar y los edulcorantes en la dieta infantil
¿Cuál es la leche entera que aconsejo dar a los niños?
¿Y qué cantidad de leche entera le damos a un niño?
En resumen, que enhorabuena por leer esto, porque eso quiere decir que quieres informarte para tomar mejores decisiones sobre la salud de tu hijo. Y eso es importante, porque hay muchas opiniones y “lo mejor para tu hijo” no es siempre lo que quieren venderte como “lo mejor para tu hijo”.
Las empresas lácteas cada vez sacan más variedades de productos lácteos.
Algunos resultan útiles en ciertas ocasiones, otros no son más que productos de consumo con precios más altos y que realmente no aportan nada (más que a las cuentas de resultados de las lácteas). ¡Ojo! Que no critico que la gente intente ganarse la vida. Que lo hacemos todos. Pero mi forma de hacerlo es dar información a los padres y a veces hacerlo puede no beneficiar la forma de ganarse la vida de otros…
Al haber cada vez más variedad donde elegir y sabiendo tanto de todo los vecinos, tíos, abuelos y demás expertos, este es uno de los momentos en que cada uno de ellos comunica a los padres su total convencimiento de que lo mejor para el niño a partir del año es (cada uno tiene una de las siguientes, y todos están seguros de tener razón):
– Seguir sólo con lactancia materna y no dar nunca jamás leche de vaca. Es una opción. Y dentro de todas las demás que voy a contar destaca porque es la única en la que no pondré ninguna objeción, más que si la segunda parte, la de evitar la leche de vaca a ultranza nace de un prejuicio. El ser humano no necesita más leche que la materna. Porque si la necesitase se hubiese extinguido antes de la aparición de la ganadería.
– Continuar con leche de fórmula. A partir del año se pueden dar las leches 3. Pero al año un 99,9% de los niños está preparado para tolerar la leche entera si previamente no tuvo problemas con los lácteos y entre dar un producto natural, fresco y poco o nada procesado y justo lo contrario, en mi opinión: leche de vaca.
– Leche de vaca pero diluida con agua. Al diluirla hacemos que tenga menos cantidad de cada uno de sus componentes en la misma cantidad de líquido.
– Leche desnatada. Al igual que la anterior, no tiene grasa pero sí las proteínas enteras. Da alergia si tiene que darla como la entera.
– Leches enriquecidas.
La leche es un alimento que los niños aceptan muy bien y podemos añadirle sustancias que ayuden a equilibrar una dieta pobre.
Las enriquecidas en calcio no me gustan porque el exceso de calcio en la dieta es una de las causas más frecuentes del estreñimiento en los niños. Las veo útiles sólo en niños con raquitismo (falta de calcio y vitamina D).
Otras aportan aminoácidos, hierro o ácidos grasos importantes en la alimentación. Pero esas sustancias ya están en la propia leche o en una dieta variada en cantidad suficiente. Por lo que sólo dan algo, que si se tiene una dieta variada no necesita el niño, y si no la tiene da la falsa impresión de que se corrige con ella, cosa que es falso.
Una dieta pobre no lo es sólo en esas sustancias. Puede ser una ayuda puntual pero no es una buena solución.
Lo que si suelen llevar es azúcar añadido y algunas en cantidad nada despreciable.
Todo lo que se añade a estas leches de crecimiento está presente en una dieta sana. Los productores dicen que los estudios muestran carencia de estas sustancias en muchos niños en edad preescolar, pero la solución no es camuflar el problema dando estos productos, sino intentar que los niños tengan una dieta variada. Está claro que se vende como una solución fácil, pero es que no es una solución real.
El problema del azúcar es que es el principal generador de problemas nutricionales en los niños. Muy por encima de la carencia de cualquier otra sustancia en la que se completan estas leches.
El azúcar regula el apetito en los niños. De modo que cuando baja tienen hambre, cuando sube, se quita el hambre.
Dar alimentos con azúcar añadida puede tener uno de los dos efectos siguientes:
Pues que deberían prohibirse. Así de simple. Igual que no permitimos que beban alcohol o fumen.
Pero mientras eso no ocurra voy a usar la visibilidad de la que dispongo para que los padres se informen y eviten en la dieta de sus hijos aditivos que perjudican su salud y no aportan nada.
A mí me gusta la leche del día pasteurizada de la envasadora más próxima a vuestro domicilio. Lo que suele llamarse leche del día.
Pues la misma que tomaba de la otra.

BLOG Nº 144 - ALERGIAS AL POLEN EN NIÑOS


Alergias a polen en niños Cómo pueden los padres diferenciar en sus hijos las alergias a pólenes de lo que no lo son. Y cuando lo son, las dudas más frecuentes que surgen.
¿Cómo se diferencia la alergia al polen de los catarros?
Y si es alergia, ¿qué tengo que hacer?
Hay 3 síntomas que suelen asociarse a la alergia a los pólenes:
Mascarillas en niños alérgicos
Pruebas de alergia en niños
Vacunación de niños alérgicos

Los niños tienen infecciones con mucha frecuencia. Los mocos, la tos, la irritación de ojos pueden ser compañeros inseparables de tu hijo durante los primeros años de su vida. No en vano son “mocosos”.
Por otra parte las alergias a pólenes son cada vez más frecuentes. Parece que todos vayamos a terminar siéndolo en mayor o menor grado…
Tras un invierno de no parar de pasar catarros y similares, llega la primavera. Y surge a muchos padres la duda: “¿No será que lo que tiene es alergia?”
diferencia catarro y alergia al polen
Si según los criterios anteriores está claro que lo de tu hijo es alergia a los pólenes, el planteamiento depende de los síntomas que tenga.
De entrada lo primero que podemos pensar es en evitar el polen. Eso podemos hacerlo viajando a la costa (las concentraciones de polen son mucho menores allí que en el interior). O podemos evitar estar en la calle cuando las concentraciones de polen son más altas (primera hora de la mañana hasta que el sol empieza a calentar y sobre todo por la noche cuando empieza a refrescar).
– Conjuntivitis: Es decir inflamación de la conjuntiva (el blanco del ojo irritado). El tratamiento que suele usarse es un anti-histamínicos tomado por boca (hace efecto en la conjuntivitis y también en las rinitis, que suelen ir asociadas). Cuando con eso no es suficiente pueden usarse también anti-histamínicos en colirio.
– Rinitis: Congestión de la nariz con moqueo y estornudos. Aquí también el tratamiento es un anti-histamínico tomado por boca mientras dure en el aire el polen al que el niño es sensible. Cuando no es suficiente con eso podemos dar anti-histamínicos en spray nasal. Si tampoco con eso cede corticoides en spray nasal.
– Bronquitis: Cuando el polen irrita los bronquios hace que se inflamen (produciendo moco) y se cierren para defenderse. Lo que notamos en el niño es tos con ahogo. El tratamiento en estos casos es abrir el bronquio (con broncodilatadores inhalados) y bajar la inflamación (con corticoides inhalados).
Qué medicamentos concretos, en qué dosis, y durante cuanto tiempo es algo que usamos de forma individualizada en cada niño, por lo que es vuestro pediatra quien debe dar esa información.
Una de las opciones que algunos padres plantean cuando tienen hijos alérgicos a pólenes, es el uso de mascarilla.
Yo recomiendo no usarla si no se usa bien.
Usarla bien es ponerse la mascarilla cuando se sale de casa y no quitársela hasta que se vuelve a casa.
Esto es muy raro que lo hagan bien los niños. Es frecuente que la mascarilla acabe rodando por todas partes, con lo que se mancha en su interior de polen y polvo. No es raro tampoco que despierte la curiosidad e los amigos del niño alérgico y quieran probársela, con lo que la mascarilla se convierte en el recolector de virus de la clase…
Sólo la usaría en niños con alergias importantes (llevar la mascarilla no es agradable y algunos niños están más molestos por la mascarilla que por su alergia) y que estén muy concienciados de usarla de forma correcta.
Las más usadas son por medio de analítica de sangre o por reacción de la piel. En pólenes son más fiables las pruebas de reacciones en la piel (Prick).
¿Hay que hacerle las pruebas a todos los niños? Pues no tiene mucho sentido. Si un niño tiene una alergia leve y es evidente que es a pólenes. En muchos casos hasta es bastante evidente a cual de ellos, hacer la prueba no es necesario.
En los casos de alergia intensa sí es de ayuda, especialmente para valorar si es posible reducir la sensibilidad del niño al polen que le causa el problema usando vacunas.
Todos los padres se acuerdan de las pruebas de la alergia en primavera. Pero en ese momento suelen estar tomando medicación. Y el resultado no es fiable.
Cuando hay que hacerlas es fuera de la primavera. Suele recomendarse al principio del otoño porque aún no han empezado con los catarros, en ese momento no hay polen, y nos da tiempo si las pruebas son positivas y decidimos vacunar de gestionar e iniciar el proceso preparándonos con tiempo para la primavera siguiente.
¿Lo vacuno o no?
Hay vacunas sublinguales y vacunas inyectadas. Dependiendo del caso concreto es mejor usar unas u otras.
Pero la duda en muchos casos es si sirven (mucha gente no ha visto resultados tras años de vacunación) o no.
Mi experiencia es que sirven cuando están bien indicadas (aunque no siempre). Y no sirven nunca cuando no están bien indicadas.
Creo recomendable vacunar cuando:
– La alergia es severa. La vacunación es un proceso largo, tedioso y no exento de riesgos. Merece la pena sólo cuando la alergia es claramente peor.
– Tiene un alergeno claro o dos como mucho. Si uno es sensible por ejemplo al olivo en Andalucía, donde los niveles de polen que alcanza deben ser récord mundial, la vacunación puede suponer una clara mejora en la calidad de vida. Pero si en las pruebas han valorado 10 y es sensible a 8 de ellos quiere decir que la vacunación no va a servir. Significa que el niño tiene tendencia a reaccionar frente a los pólenes y si le quitamos la sensibilidad a uno se sustituido de forma casi inmediata por otro.

No sólo es necesario que las pruebas sean claras, también que los síntomas que queremos resolver aparezcan coincidiendo con la época de la polinización. Hay niños con rinitis todo el año a los que al hacerle las pruebas nos aparece sensibilidad al olivo, por ejemplo. Pero sus síntomas son todo el año y el polen del olivo está apenas 2-3 meses. No podemos esperar que su rinitis desaparezca porque deje de ser sensible al olivo, porque este no es la causa. Si lo fuese sólo tendría síntomas durante los meses en que hay polen del olivo en el aire.

BLOG Nº 143 - MADRES JUZGADAS


Madres Juzgadas

Me gustaría que miraseis las dos fotografías. ¿Cuál de las dos es mejor madre?

Sé que estoy pisando campo minado. Pero no hablar de esto creo que está haciendo mucho daño. Y prefiero ser criticado a ser cómodo o popular.

Así que ruego vuestra indulgencia y que sigáis leyendo. Y por supuesto, espero vuestros comentarios.

Hay tres posibles respuestas:


– La que está dando pecho.
– La que está dando biberón.
– ¡Y yo que sé! No puedo saber cuál es mejor madre sólo porque dé a su hijo pecho o biberón.
“Pero si tienes que elegir una de las dos primeras, ¿Cuál?”
No voy a hacer apreciaciones sobre la que creo que se respondería. Cada uno tendrá su respuesta y sus apreciaciones.

Otra pregunta.

Esta va dirigida sólo a las madres (den pecho o biberón): ¿Te has sentido juzgada o criticada alguna vez por la forma en que crías a tu hijo?
Aquí no hace falta encuesta. Creo que por desgracia la respuesta es Sí en todas las madres.
Podría preguntar también si queréis a vuestros hijos, si deseáis hacer las cosas lo mejor posible pensando en su bienestar, si estáis dispuestas a sacrificarlo todo por su bien. Y de nuevo sé que vuestra respuesta es sinceramente Sí.
Y ¿Cómo os sentís cuando criando a vuestros hijos según esas guías, alguien os critica? Yo creo que entre dolida e indignada.

Ahora voy a hacer autocrítica como converso: Me explico.

Cuando yo acabé la especialidad de Pediatría, era de los que no podían dar consejos sobre lactancia, porque no me habían formado sobre ella. Sabía de enfermedades en niños. Pero las madres cuando tenían un problema me preguntaban también sobre temas en los que no me había formado. Uno de ellos, la lactancia, otro, la crianza en general.
Lo cómodo para mí ante una lactancia con problemas era recomendar el biberón. Y lo es para muchos pediatras, por desgracia.
Tuve la suerte de que alguien me hablase de crianza y especialmente de conceptos de crianza contrarios a lo poco que me explicaron en el Hospital.
Así conocí un concepto que es clave en mí como pediatra en este momento: la crianza respetuosa.
La crianza respetuosa es necesariamente informada. Porque consiste en conocer a los bebés y especialmente a nuestro hijo y observarlo mucho. E intentar actuar respetando sus ritmos y sus necesidades.
Para hacer crianza respetuosa hay que ser humilde, porque por muy claras que tengamos nuestras ideas, debemos aceptar, que si a nuestro hijo no le funcionan, eran un prejuicio y por su bien debemos cambiarlas.

La mayoría de los autores defensores de la crianza respetuosa lo son a su vez de la lactancia materna.
Tengo que decir que me alegro de que la mayoría de los autores sean defensores de la crianza respetuosa y de la lactancia materna, porque defiendo ambas.

Pero…

Hay dos preguntas cruciales, para mí:

¿Porqué hay tan pocos autores que hablen sobre cómo dar lactancia artificial con criterios respetuosos?

¿Porqué en la casi totalidad de grupos de crianza que conozco hay sólo madres que dan pecho a sus hijos?

La respuesta a la primera creo que es, que hablar de alimentación artificial es para mucha gente un claro signo de que no se defiende el pecho. “Y quien no está conmigo, está contra mí”. Muchos autores prefieren salvaguardar su popularidad con un discurso totalmente coherente y sin fisuras.
La respuesta a la segunda, creo que es que en el fondo, la lactancia materna no es tan bucólica como la pintan algunos. Los que defendemos la lactancia materna estamos cargados de argumentos (que además son ciertos) a su favor. Y hacemos muy bien esa defensa. El pecho está renaciendo. Los conocimientos necesarios para tener una lactancia exitosa son más accesibles de lo que lo han sido nunca. Queda mucho por hacer, pero confío en el éxito de esta lucha.
Pero “olvidamos” hablar de algo. En muchos casos, elegir la lactancia materna y la crianza natural, implica sacrificios. Sacrificios personales y hasta profesionales de mucho calado. Muchas mujeres los asumen de forma totalmente consciente. Pero en otros casos, esos sacrificios contradicen lo que es su propia personalidad, poniendo a muchas mujeres entre la espada y la pared de renunciar a unos proyectos a los que ha dedicado gran parte de su vida o sentirse malas madres.
Aquellas madres en las que mantener el proyecto profesional y la lactancia no son compatibles aparece una ansiedad y una culpabilidad que es difícil de vencer. En muchos casos imposible.
En otros casos, simplemente la lactancia se convierte en un motivo de sufrimiento. A veces los niños no consiguen alimentarse bien con el pecho, a veces dar el pecho es muy doloroso y exige una constancia que puede agotar a cualquiera. En muchos de esos casos son problemas subsanables con la ayuda adecuada. Pero a veces no, o no se dispone de esa ayuda y la madre, que quería dar pecho “se rinde”. Eso le hace sentirse culpable: “Tal vez pude hacer algo más, tal vez me he rendido demasiado pronto…”
La forma en que se habla de la lactancia artificial no ayuda. Suele incrementar la presión atribuyéndole cualidades casi diabólicas que son en muchos casos claramente exageradas.
La razón para escoger el pecho al biberón, no es que la leche artificial sea venenosa. No lo es. Podría desafiar a cualquiera a que cogiese un grupo de niños de 5 años y haciéndole las pruebas que quisiera fuese capaz de decirme cual de esos niños tomó pecho y cual biberón. No hay forma de decirlo sin error.
La razón para escoger la lactancia materna es que el pecho es lo natural y por tanto su diseño es el mejor posible, y en la mayoría de los casos evita muchos más problemas de los que puedan aparecer y para muchas madres e hijos es una experiencia inigualable.
Hay patologías que son más frecuentes en los niños que toman leche artificial. Pero ninguna es comparable para mí al perjuicio que causa a un niño ser criado por una madre que sufre por serlo en lugar de sentirse realizada por serlo.
Algunas madres son conscientes del sacrificio que hacen al escoger la mejor opción posible. Y les duele perder lo que sacrifican. A veces eso las hace defender con más fuerza aún su elección, no entendiendo a quienes no toman esa decisión en situaciones “menos difíciles” que la suya. Y es entonces cuando nos volvemos radicales. Y cuando, aún no diciéndolo juzgamos a la otra madre y en nuestra mente la condenamos: “no está dispuesta a renunciar a lo que yo renuncié porque no quiere a su hijo lo suficiente”. O buscamos justificaciones paternalistas: “ha escogido mal porque no está bien informada, si yo le contara…”
No estoy criticando a los lactivistas. Me estoy criticando a mí mismo como lactivista. De nuevo os pido, sed indulgentes con mi torpe exposición.
Y entonces tenemos “la respuesta”, tal vez no la decimos, pero lo pensamos: “La que da pecho es mejor madre”.
Acabamos haciendo con otras madres lo que tanto nos duele que hagan con nosotros, que nos critiquen, juzguen y condenen en algo tan importante como es la maternidad.

¿Qué me gustaría cambiar?

Algo debemos estar haciendo mal en nuestra forma de defender la lactancia materna, cuando dar un buen consejo a una madre sobre cómo dar lactancia artificial se considera prueba de cargo de que eres anti lactancia materna.
Y cuando una madre que compartía sus vivencias con otras madres y daba y recibía consejos en un grupo de crianza deja de sentirse cómoda en él y lo abandona sólo porque ha dejado de dar el pecho.
Lo que a mí me gusta de la crianza respetuosa, es que es humilde. Da una predisposición a ceder y aprender. No da nada por sabido o demostrado. Confía en la capacidad instintiva del niño para adaptarse lo mejor posible en cada situación. Y en que nuestra función es aprender con su crecimiento y apoyar sus intentos de adaptarse lo mejor posible a sus desafíos según sus propios recursos.
Pero para mí va más allá. Hay que respetar también la forma que cada madre tiene de adaptarse a los desafíos que supone serlo, confiando en su instinto, y en que si no entiendo lo que hace, es más posible que sea porque yo no tengo suficiente información sobre su situación, que porque ella no conozca las ventajas de lo que yo defienda como alternativa. Y que mi función como pediatra es apoyar a la madre dando los consejos que hagan su elección la mejor solución posible para su hijo.
Y por tanto, si escoge el pecho espero poder ayudarle a solucionar los problemas que puedan surgirle para que pueda seguir dándolo, y si escoge el biberón espero poder ayudarle para que lo dé a su hijo de la forma más beneficiosa para él.
Puedo haber sido torpe al expresarlo. Se que he tocado sentimientos que pueden resultar dolorosos.
Pero en esta lucha LM/LA me daría por satisfecho si en unos años fuesen cada vez menos las madres que hagan esa elección por no tener información o apoyo suficiente o por sentirse culpables. Porque cuando eso ocurre, pierden lo más importante para su hijo: haber tenido una madre que disfrutó de serlo, y cuya máxima preocupación fue dar todo su amor a su hijo.

Y sería muy feliz, si en los grupos de crianza pudiesen compartir sus vivencias madres que dan pecho y madres que dan biberón sin que se vean entre ellas con amenaza o reproche. Siendo simplemente lo que son, madres que quieren a sus hijos y les dan lo mejor que tienen a su alcance según sus circunstancias.

BLOG Nº 142 -DESTETE NOCTURNO EN BEBES

Destete nocturno

Escribo este Peketema del destete nocturno en respuesta a la duda de una madre en Facebook: “¿Como retirar el pecho a un niño si de noche es su chupete?”
  • Los bebés se duermen usando un ritual de sueño. Todos lo hacemos en realidad. Son el conjunto de cosas que necesitamos para que un niño haga el paso de estar despierto a dormido. En la mayoría de los bebés que hacen lactancia materna a demanda el pecho es uno de los elementos esenciales de ese ritual. Pero por suerte no el único y podemos valernos de los demás para hacer el destete nocturno.
  • Cambiar el ritual de sueño de un bebé puede ser difícil. A veces es necesario hacer cambios más intensos y otras podemos hacerlo de forma gradual. Pero depende de cada niño. Algunos se adaptan con una facilidad sorprendente a cualquier cambio de su rutina. Mientras que para otros es casi imposible lograr un cambio si no surge de su propia iniciativa.
  • No existen soluciones milagrosas. Tendemos a pensar que lo que nos ha funcionado a nosotros debería funcionar en todos los casos. Y eso es totalmente falso. Por lo que lo único que podemos hacer es dar opciones para hacer el destete nocturno y que los padres prueben en un orden determinado dependiendo de sus propias preferencias y el conocimiento que solo ellos tienen de su hijo.
  1. Probar a que lo duerma en brazos el padre u otro cuidador distinto de la madre. Como decía, cada bebé es diferente. Los hay en los que el pecho es un elemento variable de su ritual de sueño. Que se duermen a veces con el padre, a veces con la madre. Para hacer un destete nocturno en estos niños la forma más fácil es que durante unas semanas sea el padre quien duerma al bebé.
  1. Probar a dormirlo la madre en brazos con el chupe o tomando el biberón. Evidentemente sólo es una opción en los bebés que usan chupe o biberón.

Siempre que hablamos de retirar el pecho saltan las alarmas. ¡No se lo quites! Sigue dándoselo…
Aquí no vamos a entrar en eso. Hay muchos motivos justificados para retirar el pecho y la persona más cualificada para decidir cuando y porqué en cada caso es la madre que lo da. Para quien tengan ganas de gresca con el tema recomiendo la lectura del artículo “Madres juzgadas”
La cuestión es que cuando se decide el destete nocturno surgen también muchas dudas de cómo hacerlo. Le has dado el pecho hasta ahora porque pensabas que era lo mejor para tu hijo. Y ahora que has decidido que retirarlo es también la mejor opción en vuestras circunstancias, quieres hacerlo de la mejor forma para él.
Lo que te recomiendo es usar lo que llamamos “Destete respetuoso: No ofrecer, no negar”.
Pero concretamente, cómo hacer el destete nocturno en un bebé que usa el pecho en su ritual de sueño

Como siempre, para dar una respuesta hace falta aclara antes algunas cosas que influyen en la situación:
Así que os expongo dos opciones evidentes para el destete nocturno:
Hay una cuestión añadida. Y es ¿lo que queremos es que acabe aprendiendo a dormir sólo? O ¿queremos hacer colecho pero sin seguir dándole el pecho?
Si la opción es seguir haciendo colecho no hay problema en que se duerma al bebé en brazos dando chupe o biberón.
Pero si lo que pretendemos es que aprenda a dormir sólo os recomiendo que leáis “cómo enseñar a un bebé a dormir sólo sin dejarlo llorar”.
Otra cuestión es, ¿pasamos de darle el pecho cada vez que se despertaba a nada poco a poco o de golpe?
Si aplicamos el principio de destete respetuoso lo que debemos hacer es intentar en cada despertar dormirlo sin darle el pecho de entrada (no ofrecer), pero si ves que no funciona, no te pongas a pelear para no dárselo a las 4 de la mañana (no negar). Dáselo y todos a dormir.
Poco a poco serán cada vez más los despertares en los que volverá a dormirse sin el pecho, del mismo modo que de día serán menos las ocasiones en las que lo pida.
Algo importante es que en función de la respuesta del bebé te adaptes en el ritmo, e incluso, si era una opción, no una necesidad, te replantees hacer el destete nocturno más adelante si claramente tu hijo no está preparado para hacerlo aún.
En cuanto a los motivos, si por lo que has decidido probar el destete nocturno es porque tu bebé se despierta mucho y pide sistemáticamente el pecho, te aviso de que quitar el pecho sin más no arregla ese problema en casi ningún caso. En esos casos lo que hay que plantearse es cuál es el ritual de sueño que preferiríamos que tenga nuestro hijo y hacer los cambios necesarios para ayudarle a ir en esa dirección.

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