Cómo ayudar a tu hijo a controlar los esfínteres
El proceso mediante el cual los niños dejan de usar el pañal no es automático ni repentino, más bien requiere de tu paciencia y comprensión.
Generalmente el niño se encuentra con la madurez física y emocional adecuada para empezar esta empresa, alrededor de los 18 meses (esta es una edad aproximada, ¡cada niño es diferente!). Es en este período de tiempo que debes explicarle qué es lo que se espera que él haga y no debes mostrarte muy ansiosa por el tema para que no malinterprete el mensaje.
En un primer momento pon una bacinica o un orinal en el baño y acompáñalo cada vez que haga falta, y si no hace nada no lo retes ni te enojes. Debes hacer el mismo procedimiento como si fuera un ritual para que él aprenda a seguirlo de manera automática.
Puedes enseñarle a usar el WC lo antes posible, aunque al principio muestre un poco de recelo por éste. Puedes comprar un adaptador para la taza del WC, lo que permitirá que él se sienta más cómodo al usarlo y pierda el miedo por ejemplo, a caerse adentro. Este adaptador le servirá de transición hacia el WC normal y si él se muestra inquieto, si tú te sientas primero le darás el ejemplo.
Si observas a tu hijo te podrás dar cuenta cuando él estará listo para dejar los pañales… pero no te olvides de tener una bacinica a mano. Algunas mamás han utilizado los pañales que parecen ropa interior, para ayudar a su hijo a acostumbrarse a bajarse y subirse los calzoncitos al ir al baño. Este tipo de pañales son bien cómodos, aumenta la participación del niño en el proceso porque los puede botar él mismo y evitan que ocurran algunos accidentes propios de este período.
Pasar desde los pañales a esta ropa interior desechable es todo un evento para tu hijo, siendo un indicio de que pronto podrá pasar usar calzoncitos. Muchas mamás los usan para proteger a sus hijos en las noches o cuando duermen la siesta, sobre todo si en estos momentos suceden accidentes.
Cada vez que tu niño te avise que quiere ir al baño o pase todo el día sin accidentes, debes felicitarlo, así reforzarás la conducta de ir al baño. Aunque veas algún retroceso en él no te des por vencida, porque con el tiempo verás el fruto de tu esfuerzo.
Por otro lado puede ser que tu hijo muestre serias dificultades para controlar los esfínteres y en la mayoría de los casos la enuresis se debe a un retraso en el desarrollo o problemas emocionales. Sin embargo, si observas que se sigue haciendo pipí en el día aunque ya tiene cuatro años o más, si el pipí tiene un olor muy fuerte, si se le escapan incesantemente gotitas o si al hacer pipí muestra dolor o ardor, debes consultar con su pediatra.
Estos problemas pudieran ser síntomas de alguna infección en la orina y para tratarla puede ser necesario un tratamiento con antibióticos. Consultar con un especialista puede ayudarte a detectar si el niño sufre de algún problema físico.
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