Cuando los niños presentan convulsiones
4 de 100 niños ha padecido una convulsión producida por la presencia de un estado febril.
Las convulsiones son provocadas en los niños por una fiebre no controlada o cuando la temperatura se eleva abruptamente. En muchas ocasiones son producto de una infección de tipo respiratoria, gastrointestinal o una otitis no tratada a tiempo con un tratamiento adecuado.
Algunos datos a considerar
Por lo general, las convulsiones provocadas por una alta temperatura, se presentan en niños con edades que van entre los 5 meses y 5 años.
Según las estadísticas, se calcula que 4 de 100 niños ha padecido una convulsión producida por la presencia de un estado febril.
Cómo tratar una convulsión febril
Primero se debe tener en cuenta que una convulsión es producto de un desajuste a nivel neurológico. Tiene un efecto transitorio y se presenta repentinamente en los niños con síntomas muy semejantes a la epilepsia.
Hay que tener en cuenta que puede aparecer en las 24 horas iniciales de la enfermedad y no necesariamente con una temperatura muy elevada.
Las convulsiones se pueden presentar en los niños cuando
- Se observa una tensión muscular evidente, donde las contracciones se dan en casi todo el cuerpo, incluido el rostro.
- Si el niño se queja y llora al mismo tiempo que su cuerpo realiza movimientos involuntarios, es una clara señal.
- Cuando el pequeño no consigue estar parado por si solo, y se cae continuamente al suelo de forma súbita.
- Si el niño no consigue retener la orina como es habitual, vómita o no pueda mantener el control de su lengua.
- Si se observa su mirada extraviada, especialmente si es hacia arriba.
- Si el pequeño aprieta sus mandíbulas y bota espuma por la boca.
- Si su respiración es agitada y tiene cambios bruscos.
- Cuando su piel se torna pálida, azul o de un tono que no es el habitual.
Duración de las convulsiones
Hay que tener en cuenta que no todas las convulsiones se prolongan la misma cantidad de tiempo.
No obstante, si duran hasta 15 minutos, no debería ser de preocupación, ya que se encuentra en un rango normal dentro de la crisis.
Otros datos a considerar
Por lo general, las convulsiones no son de extrema gravedad, por lo que se recomienda conservar la calma.
Hay períodos de relajación entre las convulsiones. Lo habitual es que estos estados de relajación duren entre 10 segundos hasta 10 minutos.
El cuerpo se agita siempre al mismo ritmo y se detiene, repitiendo esto varias veces.
El niño no reconoce a sus padres y al llamado de su nombre.
Al terminar una convulsión el pequeño queda desorientado o parece que estuviera profundamente dormido.
El niño se puede despertar como si nada le hubiese ocurrido, sin recordar nada, en el caso de los niños más grandes.
Las convulsiones febriles son inofensivas
- Las convulsiones por lo general son hereditarias y no presentan un riesgo mayor.
- No son causa de daño cerebral, ni provocan parálisis o lesiones al sistema nervioso.
- No daña el coeficiente intelectual, ni provoca problemas de aprendizaje futuros.
- No desata la epilepsia ni mucho menos causa la muerte.
Es importante destacar que si la primera vez que apareció la convulsión el pequeño contaba con menos de 1 año de vida o fue con una temperatura de menos de 39°C es muy posible que se repita varias veces a lo largo de su crecimiento.
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