¿Los niños y los bebés también se deprimen?
Un especialista describe los síntomas característicos de este tipo de trastornos en la infancia. La depresión no discrimina edad. |
Los pacientes infantiles que consultan a un psiquiatra, alrededor de un 28% sufre un trastorno depresivo. Así lo asegura, en un artículo de Dr Vid, el doctor Roberto Ré, médico especialista en psiquiatría y director de la Red Sanar.
“La depresión es un trastorno muy hablado y tratado en terapias y consultorios. Casi todos hemos tenido en nuestra familia algún miembro que la haya sufrido o que la esté padeciendo. Lo que pocos saben es que se puede manifestar en cualquier etapa de la vida y puede afectarnos desde los primeros meses de vida”, afirma el experto.
Según explica el profesional, los bebés pueden sufrir depresión anaclítica o síndrome del hospitalismo, que es un síndrome depresivo que se da en el primer año de vida como consecuencia de sufrir un alejamiento más o menos prolongado de la madre tras haber mantenido el niño una relación normal con ella. Es decir, se da cuando una figura afectiva significativa no se recupera o sustituye adecuadamente.
Algunos de los síntomas son: retraimiento, insomnio, retardo madurativo, mayor vulnerabilidad a las enfermedades.
Asimismo, Ré comenta que las manifestaciones corporales mediante las que se expresa la depresión son:
- Atonía tímica: indiferencia y extrema negatividad
- Inercia motriz: fijeza mímica y expresiva
- Disminución de respuesta a estímulos
- Desorganización psicosomática: aumento de infecciones, diarreas constantes, etc.
EN LA NIÑEZ
Por otra parte, el director de Red Sanar indica que entre el 3 y el 6% de los niños presentaron un cuadro depresivo en su infancia. “Un dato alarmante: de los pacientes infantiles llevados a un psiquiatra, alrededor del 28% cumple con los criterios para diagnosticar un trastorno depresivo”, subraya.
Entre los síntomas que dan cuenta de la presencia de un trastorno depresivo en la niñez, Ré enumera: tristeza, llanto fácil y muy frecuente; trastorno del sueño y la alimentación; agresividad, mal humor; incapacidad para disfrutar de las actividades de la edad (muy importante); disminución en el rendimiento en la escuela; desesperanza; quejas, aburrimiento frecuente, falta de creatividad; dolores corporales sin causas orgánicas; dificultades para relacionarse con los otros.
“Es muy importante detectar la depresión infantil a tiempo ya que si no puede evolucionar en etapas posteriores en nuevos cuadros”, resalta el profesional.
En cuanto a las alternativas de tratamiento ante estos trastornos, el experto señala que puede consistir en psicoterapia tanto individual como familiar. Además, aclaró que los niños con depresión pueden ser medicados por su psiquiatra si se lo requiere.
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